LA VISIÓN COMO ELEMENTO FUNDAMENTAL DE LA ESTRATEGIA
Estrategia
Pavel Prada
Director Stratege Consultores
Enero 2019
Pavel Prada
Director Stratege Consultores
Enero 2019
La Visión como Elemento de la Estrategia
Desde que Frederick Taylor erigió su tesis de los principios de la administración científica, una buena porción de los investigadores en materia de ciencias sociales y económicas se han abocado a trabajar en conseguir respuestas a los problemas que representan el día a día de las organizaciones, este hecho pudiera presentarse como evidencia de que las organizaciones son como una especie de centro de gravedad sobre el cual giran las teorías administrativas, y es que efectivamente el concepto de organización por sí mismo proporciona una base sólida que puede servir de punto de partida para teorizar los principales ejes de investigación en el campo de las ciencias administrativas.
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¿Que es una organización?
El termino organización representa una propuesta ligada a la intención de alcanzar un fin, una prueba de ello se puede hallar cuando se revisan las conceptualizaciones derivadas de diferentes investigaciones en el campo de las ciencias administrativas, por ejemplo Dávila (2002:5) esgrime en su concepto que una organización es “…un organismo social orientado al logro de objetivos con una división dada del trabajo”. Si de este concepto apartamos lo clásico de la división del trabajo, se puede observar que la esencia se conserva en el organismo social orientado al logro de objetivos.
Lo mismo ocurre cuando se revisa el concepto de Parsons citado por Melinkoff (2010:16) quien define las organizaciones como “…unidades sociales deliberadamente constituidas o reconstituidas para alcanzar fines específicos". La definición de Parsons introduce los términos unidades sociales y alcance de fines específicos, términos los cuales evidencian la correspondencia de un fin ulterior para toda organización.
Otra conceptualización que confirma la estrecha relación que existe entre el propósito y la organización es la desarrollada por Fuenmayor (2002:21) quien en una forma integral sugiere que una organización es "un sistema de actividades humanas, diseñadas y formalmente realizadas con el propósito de cumplir con un fin prefijado y explícitamente predefinido". Fuenmayor en su conceptualización deja claro no solo la necesidad de un fin prefijado sino que además agrega que este fin debe estar explícitamente predefinido.
Pareciera entonces que en lo más básico se pudiera definir una organización como un grupo de personas que conjuntamente actúan en pro de un fin determinado, tal y como esta descrito en el DRAE (2017), publicación que expresa en relación a la organización que es una “Asociación de personas regulada por un conjunto de normas en función de determinados fines.”
Lo mismo ocurre cuando se revisa el concepto de Parsons citado por Melinkoff (2010:16) quien define las organizaciones como “…unidades sociales deliberadamente constituidas o reconstituidas para alcanzar fines específicos". La definición de Parsons introduce los términos unidades sociales y alcance de fines específicos, términos los cuales evidencian la correspondencia de un fin ulterior para toda organización.
Otra conceptualización que confirma la estrecha relación que existe entre el propósito y la organización es la desarrollada por Fuenmayor (2002:21) quien en una forma integral sugiere que una organización es "un sistema de actividades humanas, diseñadas y formalmente realizadas con el propósito de cumplir con un fin prefijado y explícitamente predefinido". Fuenmayor en su conceptualización deja claro no solo la necesidad de un fin prefijado sino que además agrega que este fin debe estar explícitamente predefinido.
Pareciera entonces que en lo más básico se pudiera definir una organización como un grupo de personas que conjuntamente actúan en pro de un fin determinado, tal y como esta descrito en el DRAE (2017), publicación que expresa en relación a la organización que es una “Asociación de personas regulada por un conjunto de normas en función de determinados fines.”
La Relación entre la Visión y el Propósito de una Organización
Si se descomponen los conceptos previos de organización y se toman de ellos el componente teleológico, pudiera darse por entendido que toda organización ostenta en su esencia un fin. Esto pudiera coincidir con el pensamiento de Aristóteles (2008:17) quien haciendo referencia a la Felicidad advierte que toda actividad humana tiene un fin, y hace énfasis en que esta actividad humana siempre se direcciona hacia un bien.
En esta reflexión Aristóteles hace ver que existe de alguna forma un objetivo en todo lo que el hombre realiza y que estos objetivos pueden distinguirse entre las acciones en sí mismas, las actividades generalizadas que estarían soportadas en estas acciones o las obras producto de ambas.
Para dar un ejemplo de lo que planteaba Aristóteles, pudiéramos considerar una persona que se dispone a realizar una actividad como lavar un vehículo, esta actividad estaría compuesta por acciones dirigidas a completar este fin. Llenar el balde agua, dispersar el jabón sobre el vehículo o arrojar agua con la manguera sobre la superficie del vehículo, son acciones que comprenderían esta actividad de manera general, y ambas (La actividad en general y las acciones que la sustentan) representarían un fin que derivaría en otro fin, que pudiera estar representado en este caso en la satisfacción de ver el vehículo limpio.
Pudiera ser por esto que Aristóteles (2008:26-27), insiste en que pueden existir varios fines y que estos pueden no ser fines en sí mismos, sino que se constituyen en fines para procurar otros, del mismo modo señala que estos fines resultan imperfectos cuando obedecen a un bien superior, enfatizando que hay un solo bien perfecto y suficiente, que es el bien del hombre.
En esta reflexión Aristóteles hace ver que existe de alguna forma un objetivo en todo lo que el hombre realiza y que estos objetivos pueden distinguirse entre las acciones en sí mismas, las actividades generalizadas que estarían soportadas en estas acciones o las obras producto de ambas.
Para dar un ejemplo de lo que planteaba Aristóteles, pudiéramos considerar una persona que se dispone a realizar una actividad como lavar un vehículo, esta actividad estaría compuesta por acciones dirigidas a completar este fin. Llenar el balde agua, dispersar el jabón sobre el vehículo o arrojar agua con la manguera sobre la superficie del vehículo, son acciones que comprenderían esta actividad de manera general, y ambas (La actividad en general y las acciones que la sustentan) representarían un fin que derivaría en otro fin, que pudiera estar representado en este caso en la satisfacción de ver el vehículo limpio.
Pudiera ser por esto que Aristóteles (2008:26-27), insiste en que pueden existir varios fines y que estos pueden no ser fines en sí mismos, sino que se constituyen en fines para procurar otros, del mismo modo señala que estos fines resultan imperfectos cuando obedecen a un bien superior, enfatizando que hay un solo bien perfecto y suficiente, que es el bien del hombre.
Misión de una Empresa: Orientaciones para su redacción
La Visión y el Direccionamiento Estratégico de las Organizaciones
Entendiendo el carácter natural de un fin en toda actividad humana, se puede entonces dirigir el enfoque hacia la formula o camino para alcanzar este fin y en este sentido pudiera ser provechoso entender primeramente la importante relación que existe entre el fin ulterior y la fórmula para llegar a él, un ejemplo de ello pudiera ser tomado de la historia cuando se revisa el discurso del célebre Seneca el Joven a quien se le adjudica la frase Ignoranti, quem portum petat, nullues suus ventus est - ningún viento es favorable para quien no sabe a qué puerto va. Esta frase de Seneca se ha hecho muy común en las esferas de la planificación y del pensamiento estratégico, es casi una referencia obligatoria y en ella se resalta la importancia de conocer de manera clara el fin o propósito hacia el cual estén dirigidos los esfuerzos.
El direccionamiento del esfuerzo hacia el alcance de un fin también es considerado por Maquiavelo cuando hace referencia a la parábola del arquero, que si bien éste la plantea como la recomendación de imitar a los hombres excepcionales que se convirtieron en príncipes mediante la virtud y sus propias armas, también representa una fórmula para dar potencia al esfuerzo en el orden de alcanzar las metas proyectadas, y en este sentido dice:
“Hacer pues como los arqueros prudentes, los cuales – considerando lejano en exceso el lugar donde golpear y buenos conocedores del alcance de su arco apuntan mucho más alto del blanco elegido, no para alcanzar con la flecha alturas semejantes sino para con la ayuda de tan alta mira lograr sus designios.” (Maquiavelo, 2011:19).
Entonces, así como se señala en la parte anterior que toda organización lleva en sí misma un propósito, también se pudiera entender de Maquiavelo que todo propósito requiere del direccionamiento de los esfuerzos para ser alcanzado. En este sentido, hablar de direccionar el esfuerzo hacia un fin, pudiera relacionarse con el término Estrategia, y es que en efecto cuando se investiga en la etimología del término estrategia se hace evidente en su origen latín que Strategĭa está ligado a la conducción militar de tropas y hace referencia a la provincia bajo el mando de un general, además en su concepto más básico en el castellano Estrategia indica el Arte de dirigir las operaciones militares (DRAE: 2016).
El Origen Militar de la Visión Empresarial
Siendo de origen bélico el termino estrategia, hace casi que axiomático el hecho de que sus primeras definiciones se establecieran en primera instancia en el ámbito militar, además de ser propuestas por individuos que en su formación académica prevaleció el carácter científico-militar otorgado por el estudio de las ciencias puras en las escuelas militares de la época, de donde pudo haber surgido el marco lógico que sustentaría la relación Estrategia – Resultado en analogía a la relación Causa - Efecto.
El razonamiento lógico militar se deja ver en las propuestas de Clausewitz (2002:99), cuando define la estrategia como el uso de los combates o encuentros para consecuentemente lograr el objetivo final de la guerra. Sin embargo, Clausewitz no se detiene en una simple conceptualización, sino que también inspecciona la importancia de conectar la estrategia con un fin ulterior, cuando menciona la necesidad de imprimir un propósito a las acciones que se llevarán a cabo en la guerra, propósito el cual debe estar acorde con el objetivo final del conflicto. Así mismo reconoce que el objetivo deseado solo puede ser proyectado en base a suposiciones, debido a que por la dinámica de la guerra algunas acciones previstas se materializan y otras no corren la misma fortuna.
Clausewitz también incorpora el término la causa política como un elemento superior que rige la forma en cómo sería administrada la guerra, afirmando que la guerra es un instrumento de la política. De donde podemos decir que la estrategia, en su concepto más básico correspondido con el arte de dirigir los ejércitos, obedece a la proyección de una situación política deseada entre los estados participantes del conflicto, es decir la guerra como actividad estratégica debe conducir en sus resultados al alcance del propósito del estamento político por encima de lo militar.
Liddell Hart (2005: 187) va más allá de los planteamientos de Clausewitz, y en contraste eleva el término estrategia a otro nivel, cuando señala que la estrategia es el arte de distribuir los medios militares para alcanzar los fines de la política. La crítica de Liddell Hart hacia Clausewitz se fundamenta en que en el concepto de Clasewitz la estrategia se ve representada exclusivamente en la administración de los movimientos de los ejércitos, a pesar de que estén bajo la dirección de la causa política, en oposición Liddell Hart lo refuta afirmando que la estrategia abarca mucho más que eso, inclusive presenta el termino Gran Estrategia como un equivalente a la política y predica que ésta es la encargada de coordinar y dirigir todos los recursos de una nación hacia la conquista del objetivo político definido por la política nacional, esta diferenciación que hace Liddell Hart, da apertura para abordaje del tema de la estrategia ya no solo desde el campo militar sino también en el ámbito gubernamental y civil.
Esta superposición de Liddel Hart que se alcanza al colocar la Estrategia por encima de lo militar, fue quizás una de las primeras aperturas que incidieron en la adaptación de los términos relacionados con la estrategia al campo civil, no con esto se pretende decir que fue gracias a Liddell Hart que la estrategia llego a las organizaciones civiles, sino que con esta traslación de la estrategia al nivel del Estado, el concepto de estrategia tomó otras dimensiones, de donde se pudo haber permeado a los espacios de las ciencias económicas y sociales, y porque no, al ámbito de las ciencias administrativas.
El razonamiento lógico militar se deja ver en las propuestas de Clausewitz (2002:99), cuando define la estrategia como el uso de los combates o encuentros para consecuentemente lograr el objetivo final de la guerra. Sin embargo, Clausewitz no se detiene en una simple conceptualización, sino que también inspecciona la importancia de conectar la estrategia con un fin ulterior, cuando menciona la necesidad de imprimir un propósito a las acciones que se llevarán a cabo en la guerra, propósito el cual debe estar acorde con el objetivo final del conflicto. Así mismo reconoce que el objetivo deseado solo puede ser proyectado en base a suposiciones, debido a que por la dinámica de la guerra algunas acciones previstas se materializan y otras no corren la misma fortuna.
Clausewitz también incorpora el término la causa política como un elemento superior que rige la forma en cómo sería administrada la guerra, afirmando que la guerra es un instrumento de la política. De donde podemos decir que la estrategia, en su concepto más básico correspondido con el arte de dirigir los ejércitos, obedece a la proyección de una situación política deseada entre los estados participantes del conflicto, es decir la guerra como actividad estratégica debe conducir en sus resultados al alcance del propósito del estamento político por encima de lo militar.
Liddell Hart (2005: 187) va más allá de los planteamientos de Clausewitz, y en contraste eleva el término estrategia a otro nivel, cuando señala que la estrategia es el arte de distribuir los medios militares para alcanzar los fines de la política. La crítica de Liddell Hart hacia Clausewitz se fundamenta en que en el concepto de Clasewitz la estrategia se ve representada exclusivamente en la administración de los movimientos de los ejércitos, a pesar de que estén bajo la dirección de la causa política, en oposición Liddell Hart lo refuta afirmando que la estrategia abarca mucho más que eso, inclusive presenta el termino Gran Estrategia como un equivalente a la política y predica que ésta es la encargada de coordinar y dirigir todos los recursos de una nación hacia la conquista del objetivo político definido por la política nacional, esta diferenciación que hace Liddell Hart, da apertura para abordaje del tema de la estrategia ya no solo desde el campo militar sino también en el ámbito gubernamental y civil.
Esta superposición de Liddel Hart que se alcanza al colocar la Estrategia por encima de lo militar, fue quizás una de las primeras aperturas que incidieron en la adaptación de los términos relacionados con la estrategia al campo civil, no con esto se pretende decir que fue gracias a Liddell Hart que la estrategia llego a las organizaciones civiles, sino que con esta traslación de la estrategia al nivel del Estado, el concepto de estrategia tomó otras dimensiones, de donde se pudo haber permeado a los espacios de las ciencias económicas y sociales, y porque no, al ámbito de las ciencias administrativas.
Pensamiento Estratégico y la Visión Empresarial
Mintzberg (1993:6) sugiere reconocer implícitamente la variedad de definiciones de estrategia que puedan surgir para maniobrar con facilidad en el tramo que se pueda recorrer para su entendimiento, en este sentido presenta cinco enfoques que pudieran ajustarse al pensamiento estratégico característico de cada organización: La estrategia como plan, como pauta de acción, como patrón, como posición y como perspectiva. Ahora bien, Mintzberg (1993:6) pudiera estar abordando el tema desde la complejidad y muestra a su discreción cinco fórmulas para aproximarse al termino Estrategia, y aunque estas posiciones se muestran diferenciadas entre sí, en su eje principal denotan un punto de encuentro sólido y consistente; el propósito.
Entonces, si se asume una posición enmarcada en las propuestas de Mintzberg quedaría claro que en su postura no existe un término absoluto para la definición de estrategia y que además el termino en sí mismo conlleva elementos que al desglosarlos alcanzarían espacios en los ámbitos operacional y táctico. Sin embargo si contrastamos las aportes comunes y no comunes de las definiciones previas se pudiera arribar a un concepto general que sirva de soporte para la continuación del presente trabajo, en este se considera la estrategia como ese conjunto de decisiones y acciones relativas a la administración de los recursos y de la relaciones de la organización con su entorno, en el orden de direccionar los esfuerzos requeridos para alcanzar su propósito natural.
De modo pues, que en la actualidad la estrategia no solo se queda en el arte de dirigir, sino que así como Mintzberg plantea diferentes enfoques para describirla, también deben considerarse los aspectos culturales, sociales y políticos que pueden influir tanto interna como externamente en la consolidación de esa fórmula o camino que conlleve al propósito de la organización.
En este sentido, Quinn (1993:5) también asume distintos términos que conforman esa fórmula que conduce al propósito de la organización, por ejemplo menciona las metas, termino el cual está relacionado con el “que es lo que se va a lograr”, también hace referencia a las políticas como los códigos o guías que deben regir las acciones que se llevan a cabo y agrega además el termino programa para describir la secuencia de estas acciones. De esta manera vemos como ese camino que lleva a la organización a cumplir con su fin se puede ver compuesto por varios elementos, que al final pudieran estar considerados dentro de la estrategia.
En consecuencia, se pudiera afirmar que la estrategia en su cimiento de conducción hace propicia la concepción de términos que hacen referencia directa al propósito de las organizaciones, de allí que los términos misión y visión sean considerados en el medio empresarial como una parte fundamental del direccionamiento estratégico, al menos así lo considera Serna (2006:23) cuando plantea que el mismo se compone de los principios, la visión y la misión.
Serna (2006:76) plantea en analogía con las políticas de Quinn que existen unas ideas abstractas que guían el pensamiento y la acción, y se refiere a éstas como valores, principios o creencias, así mismo sugiere que son estos principios que se ven reflejados en la cultura los que soportan la misión, la visión y los objetivos de la organización, llegando afirmar que son estos valores o principios los que determinan la elección misma de la estrategia.
Una propuesta que da relevancia al establecimiento de valores y además establece una relación directa de estos con el éxito y la longevidad de las organizaciones es la de Collins y Porras (1996:65), Su planteamiento recurre al termino empresas visionarias las cuales se diferencian de otras porque fundamentan su existencia no solo en un propósito central, sino que además, éste propósito esta fundido con unos valores fundamentales, que a su vez dan base a una ideología central que define el carácter perdurable de una organización, y le genera una identidad sólida que se conserva en el tiempo a pesar de los ciclos de vida de los productos, de los mercados y de las tecnologías, además del paso de las modas e inclusive soportan cambios en el liderazgo estratégico. La fórmula que proponen Collins y Porras agrega a esta ideología central un vínculo capital con la proyección a futuro de la organización, y en conjunto, la ideología central con la proyección a futuro conforma la visión de la organización.
La Visión como Base de la Estrategia Empresarial
A menudo es posible hallar definiciones de visión que sin soportes científicos y sustentadas en opiniones personales pudieran descalificar las propiedades del término, es más, pareciera que hablar de visión organizacional es captado con cierto escepticismo en el mundo académico, sin embargo existen trabajos de investigación que han sido desarrollados en el ámbito de las organizaciones y que han atendido la visión como parte integral de la estrategia, derivando en conceptos que logran enlazar el idealismo visionario y futurista con la realidad de los hechos.
Cuando se revisan y contrastan algunas reflexiones y propuestas ostentadas por algunos pensadores de la estrategia (Aristóteles:2008), (Maquiavelo:2011), (Liddell Hart :2005), (Clausewitz:2002) en el transcurso de la historia, se pueden encontrar indicios que reflejan la consideración de la visión como una proyección a futuro del ser humano en lo singular o de las organizaciones en un espectro más amplio, en donde se ve reflejada esa condición teleológica de las acciones humanas acompañada del toque imaginativo que representa la visión.
La visión de una organización como proyección de algo que se desea a futuro representa esa búsqueda de un bien a la cual se refiere Aristóteles (2008:17), es decir, que una declaración de visión representa la pretensión de un bien sin importar que su enunciado invoque resultados tan competitivos que sugieran el aniquilamiento de la competencia, como fue el caso de la visión ostentada por la empresa deportiva NIKE en la década de los sesenta del siglo pasado en donde una visión simple de dos palabras; Aplastar a Adidas , dejaba claro que aunque este propósito pudiera resultar negativo para su competencia, definitivamente representaría un bien para la propia organización que esgrimía su visión como empresa.
Tomando nuevamente la parábola del arquero de Maquiavelo (2011:19), se pudiera inferir que el lanzamiento de flechas hacia un blanco representa el esfuerzo hacia la consecución de metas u objetivos, y en este caso Maquiavelo recomienda apuntar más allá de donde se quiere llegar de manera que el empuje asegure llegar al blanco deseado. En este sentido, el arquero que conoce sus armas sabe el alcance real de las mismas y se vale de sus conocimientos para ejercer mayor fuerza en su arco e incrementar el Angulo de su flecha para maximizar el alcance de su armamento, Esto trae a la reflexión algunos cimientos para la formulación de la visión, pues Maquiavelo incita a pensar en grande y promueve la aspiración, pero también invita a considerar las capacidades reales, lo que deriva en la posibilidad de tener argumentos para una declaración de visión ambiciosa pero racionalmente realista.
Cuando Liddell Hart (2005: 187) ensaya diferenciar la gran estrategia de la estrategia, coloca sobre la mesa de discusión elementos que en primera instancia pudieran ayudar a empezar a reconocer la importancia de la Visión y que consecuentemente pudieran dar fundamentos para esgrimir conceptos básicos de la misma. Un ejemplo de ello se puede evidenciar cuando señala que mientrasel horizonte de la estrategia está delimitado por la guerra, la gran estrategia tiene la vista puesta más allá de la guerra hacia la subsiguiente paz. Liddell Hart introduce las palabras Horizonte y Vista para indicar cuál es el fin ulterior de cada actividad, en el primer caso el horizonte representa el estado en el cual se desea finalizar la guerra y en el segundo caso la gran estrategia proporciona una visión de lo cómo será todo después de que esta finalice. En ambos casos Liddel Hart está hablando de la visión de futuro que proporciona la estrategia.
Del mismo modo hace referencia a que dentro de la gran estrategia de una nación se debe considerar la atención merecida a los recursos morales, y menciona además la presión ética como instrumento de poder de la estrategia, en este sentido introduce la frase Una buena causa es tanto una espada como un escudo (2005:188).Liddell Hart agrega el recurso moral a la estrategia, entendiendo sus capacidades para promover el espíritu voluntario del pueblo, en este orden se pudiera entender que esta buena causa al igual que la Visión puede impulsar el compromiso y la unión, además de generar sentido y dirección para los esfuerzos realizados por el pueblo. De manera pues que, adoptando los términos del mismo Liddell Hart, pudiéramos estar en presencia de una primera aproximación indirecta a la concepción de la visión como parte de la estrategia.
En este mismo orden de ideas cuando se revisa lo presente en el ámbito militar, se observa que no es frecuente encontrar el termino Visión como definición dentro de la estrategia, por ejemplo la Escuela de Estudios del Poder Aéreo (EEPA) (2006:23) hace referencia a términos como el Concepto del Comandante, que no es más que una expresión que pretende guiar u orientar las tareas concernientes a la planificación de la guerra, en él se enuncian los objetivos a alcanzar y sus prioridades, la misión y las tareas derivadas, es un concepto general de las acciones militares a desarrollar, es decir, una idea generalizada de cómo desea el comandante que las operaciones sean desplegadas.
Otro elemento que al respecto de la visión se hace presente en la planificación militar es la Situación Militar Favorable, este concepto se presenta como la solución al Problema Militar Operativo, y consiste en una situación que se desea generar en base a la consolidación de objetivos materiales correctamente identificados y posiciones relativas favorables que permitan generar una condición óptima para la libertad de acción de las fuerzas amigas (EEPA 2006:23).
La situación militar favorable (EEPA:2006:24) como respuesta al problema militar operativo surge ante una situación adversa a los intereses de quien planifica, la cual es denominada Situación Desfavorable, esta es una situación que se desea cambiar o revertir, motivada por la concepción de resultados no deseados o motivada por factores ya actuantes y que deben ser eliminados para cambiar las condiciones reinantes para que estén a favor de la estrategia propia. La situación militar favorable pudiera ser comparada con la Visión de las organizaciones en el ámbito general, porque en su esencia, la situación militar favorable es una proyección de lo que se quiere lograr mediante la ejecución de las operaciones militares planificadas.
Observar las propuestas que han surgido en el curso de la historia y las aproximaciones que se han dado en el ámbito militar, pudiera servir de marco de referencia para una conceptualización apropiada de la visión, que en todo caso ya viene encauzada como una proyección de futuro, basada en el cruce de la imaginación y la realidad en el tono de proponer algo posible. Por ejemplo, Riviera (1991:2) sugiere en su concepto de visión que la misma articula un horizonte futuro realista, creíble y atractivo para la organización, una condición futura mejor de lo que ahora existe en muchos aspectos. Esta conceptualización propone la visión como un punto de cambio partiendo de la situación actual esperando una situación diferente en el futuro.
En este mismo orden Serna relaciona la visión corporativa con “…un conjunto de ideas generales, algunas de ellas abstractas que proveen el marco de referencia de lo que la empresa quiere y espera ver en el futuro. (2003:173)”. Serna, en su concepto se mantiene en la línea idealista que provee dirección a la organización, sin embargo cuando describe los elementos de la visión sugiere que esta debe ser realista y posible de alcanzar, además debe inducir a la acción.
En este mismo orden de ideas la definición de Tantovic (2013:339) también se adhiere a la tendencia idealista de que la visión es una muestra de la imagen futura que guía a las organizaciones hacia un punto en el tiempo futuro relativamente mejor que el presente e incluye el crecimiento o expansión de la organización como parte de esos cambios esperados.
En el concepto Collins y Porras (1996:66), la visión es una orientación sobre qué elementos medulares se debe preservar dentro de la organización con el paso del tiempo y hacia donde se va a estimular el avance de la organización en el futuro. Estos autores no se quedan con la simple proyección a futuro sino que ven necesario la consolidación de un núcleo filosófico que sirva de soporte para la organización a través del tiempo.
Ahora bien, los conceptos de visión anteriormente revisados reflexionan mayormente en la relación existente entre la situación actual y la situación deseada con el paso del tiempo, pero más allá de esto, la visión debe estar íntimamente relacionada con el propósito de la organización y con sus valores, sirviendo de guía para la estrategia. Es decir, un concepto actualizado de la visión debe escapar de la simple proyección de futuro para integrar otros elementos que le den fortaleza y consistencia racional. En este sentido se pudiera decir que la Visión es una perspectiva basada en valores y metas comunes que reflejan el panorama futuro de una organización, que además sirve como indicador general del desarrollo de la estrategia.
Estrategia y la Visión Empresarial
Basados en los conceptos estudiados, se puede concluir en primera instancia que el cimiento teleológico de las organizaciones deriva en la existencia de ese conjunto de decisiones y acciones humanas que orientan el esfuerzo hacia el cumplimiento del propósito por el cual se da la existencia de toda organización. Es decir que, si todo ente para ser una organización requiere tener un propósito, todo propósito requiere de una estrategia para ser alcanzado. De allí que se observa la relación necesaria y siempre existente entre la organización y la estrategia.
En adición a lo antes expuesto se puede decir que si bien esta relación entre la organización y la estrategia pareciera ser tan obvia que quizás no requiere de investigación alguna, la complejidad que agrega el requerimiento del pensamiento humano para el desarrollo de la estrategia da apertura a la generación de interrogantes y críticas que sustenten trabajos científicos en esta materia.
En segunda instancia, también se puede concluir que la estrategia, tanto en los conceptos más sencillos como en los más complejos, se vale de varios elementos para consumar su esencia hacia el cumplimiento del propósito, de donde resalta por su naturaleza prospectiva resalta la declaración de visión como orientador común de los esfuerzos dirigidos al propósito.
Por último si se parte de la relación existente entre la organización y la estrategia, se puede establecer un puente que conecte la organización con la visión, aceptando de alguna manera que el propósito que se puede ver reflejado en el futuro es una representación de la visión, y a su vez la visión de una organización es una forma de expresión de su propósito.
Referencias
1. Aristóteles (2008) Ética a Nicomaco. Pensadores universales. Gradfico. Buenos Aires – Argentina.
2. Clausewitz, Karl Von (2002) De La Guerra. Librodot.com
3. Collins y Porras (Septiembre-Octubre 1996). Building Your Company´s Vision.Harvard Bussisness Review. USA. pag. 65-77
4. Dávila Carlos (2002). Teorías organizacionales y administración. Enfoque crítico. McGraw-Hill Interamericana. Capítulo 1. Organización y teorías de las organizaciones.
5. Escuela de Estudios del Poder Aéreo. (2005). Trabajo Integral De Estado Mayor. Metodología De Apreciación y Análisis De Problemas Militares Operativos. Escuela De Estudios Del Poder Aéreo, 2006. Caracas Venezuela.
6. Fuenmayor, Ramsés (2002). Interpretando organizaciones... Una Teoría Sistémico-Interpretativa de Organizaciones. Universidad de los Andes, Consejo de Publicaciones, Consejo de Estudios de Postgrado. Parte I. El aspecto Óntico de la Teoría. Capítulo I ¿Qué es una organización? Mérida. Venezuela.
7. Liddel Hart, Basil H.(2005) - The Strategy Of Indirect Approach.Faber And Faber Limited. Londres.
8. Maquiavelo. (2011). El príncipe. Biblioteca grandes pensadoresEditorial Gredos. Estudio introductorio Juan Manuel Fuerte Monge. Argentina.
9. Melinkoff, Ramón V. (2010). La estructura de la organización. Los Organigramas. Editorial PANAPO. Capítulo I. La Organización. Caracas. Venezuela.
10. Mintzberg y Quinn (1993) El proceso estratégico, conceptos y casos. Prentice Hall Hispanoamericana. Segunda edición.Naucalpan Mexico.
11. Real Academia Española. (2001). Diccionario de la lengua española (23.a ed.). Consultado en http://dle.rae.es/?id=NH60fdB. 24 de febrero 2017.
12. Serna, Humberto (2006). Gerencia Estratégica. Panamericana Editorial. 3R Editores. Novena edición. Colombia.
13. Tantovic, Ana. (2013) Defining Strategy Using Vision And Mission Statements Of Croatian Organizations In Times Of Crisis. Croacia. The 6th International Conference “The Changing Economic Landscape Issues, Implications And Policy Options”. University of Pula. Faculty of Economics and Tourism. Paginas.331-342. Disponible en http://oetconference2013.estudy-oet.net/ consultado 24 de febrero de 2017
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